No existe el bien y el mal, sólo existe consciencia e ignorancia.
Vivimos en un mundo de dualidad, un lugar hostil, en el cual el ser humano ha dejado a un lado los valores humanitarios, el cultivo de su interior, de su espíritu, el servicio desinteresado y el amor al prójimo, para darle más importancia al egoísmo, la competitividad y el poder.
La sociedad y el sistema están estructurados de manera que el ser humano se pierda en lo material, en el exterior, deje de cultivar su interior. Todo es mental, del intelecto, un mundo dominado por lo racional en el que se ha perdido la gran belleza divina que cada ser Es en su Esencia, su interior.
El único modo de no participar en este sistema lleno de ego e ignorancia es despertando tu conciencia.
Es importante vivir en el presente, el aquí y ahora, meditar para conectarte con tu mente superior (tu divinidad), mantener una mente llena de paz, no desviarte de tu centro, trabajarte día a día para regar las semillas de bondad, de amor y de compasión, que hay en tu interior, y dejar a un lado las semillas del odio, el rencor, el egoísmo, la ira, etc.
Debemos tomarnos unos minutos diariamente, para mirar en nuestro interior y observar qué cosas son las que estamos haciendo correctamente y cuáles son las que causan dolor y sufrimiento al prójimo y a uno mismo.
Ser conscientes de todas las acciones, pensamientos y sentimientos que tenemos es el mejor camino para evitar crear karma negativo y permanecer en el camino a la liberación del sufrimiento. Esto es Dharma.
"No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti".
Tomemos conciencia, despertemos de nuestra ignorancia, para dar paso a la sabiduría que hay dentro de nosotros, a la bondad, a la compasión y al amor incondicional.
Despertemos de este sistema social que te ha educado desde tu infancia, para que te sientas separado de los demás, para que te esfuerces por ser mejor que los demás y para que luches para poder vivir.
Está en tus manos la decisión. Sólo necesitas un cambio de visión, verlo desde otra perspectiva; La vida no es lucha, la vida no es poder, la vida no es competitividad, tú no eres un ser separado del otro... todo esto sólo es tu ego. La vida es fluir, la vida es libertad, la vida es compartir, la vida es disfrutar, la vida es sonreír, la vida es felicidad... tú eres uno con el Todo y lo que le haces a los demás, te lo estás haciendo a ti mismo.
Cultivar el amor y la compasión que hay dentro de ti, es hacer de este mundo, un lugar maravilloso, un paraíso.
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