miércoles, 27 de noviembre de 2013

UN CUENTO

Mariquita y la muerte

Cuentan que la muerte llegó bien de mañana al pueblo donde vivía Mariquita porque era muy mayor y había llegado su hora, así que bajó del tren y empezó a preguntar dónde vivía. El primer vecino que encontró se lo indicó porque no la había reconocido pero ya le avisó que, seguramente no la encontraría porque nada más empezar el día ya salía de su casa a sus diferentes ocupaciones. Y así fue, al llegar al domicilio de Mariquita no la encontró y preguntó a otra vecina si sabía donde estaba Mariquita, la cual le dijo:

-A estas horas suele estar ayudando a Juana con el campo pero si no se da prisa seguro que ya ha acabado.

Y le indicó donde vivía Juana

Al llegar a la casa de Juana, le preguntó por Mariquita a lo cual, ésta le contestó:

-Sí, estuvo aquí echándome una mano pero ya marchó, estará en casa de Manuel que anda enfermo y siempre va a hacerle la comida.

Y le indicó dónde vivía Manuel

Al llegar a casa de Manuel, ésta ya se había marchado dejándole un caldito de lo más rico. La muerte le preguntó si sabía dónde estaba y éste le contestó:

-Seguramente, estará cuidando los animales de Lucía que está de viaje visitando a su madre y le dejó el encargo.

Y le indicó donde vivía Lucía.

Al llegar allí y no ver a nadie, preguntó ya desesperada a otra vecina si sabía dónde podía encontrar a Mariquita y ésta le dijo:

-A estas horas suele ir a estar con sus hermanas.

Y le indicó dónde vivían sus hermanas.

Al llegar allí y comprobar que tampoco estaba, la muerte ni siquiera siguió preguntando porque ya era la hora de coger el tren de regreso.

Ya anocheciendo, Mariquita regresaba a su casa cuando encontró a otro vecino que le dijo:

-¿Qué, Mariquita? ¿Y tu cuando te mueres?

-¿Yo? ¡¡¡Pero si no tengo tiempo ni de morirme!!!



Fuente: Oral

Neus, la misma que el cuento de “Tengo carícias”

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