sábado, 23 de noviembre de 2013




Deja ir el miedo y tu necesidad de control. Despójate de la
ansiedad. Déjala que se escurra, mientras te zambulles en el río del
momento presente, el río de tu vida, tu sitio en el universo.
Deja de tratar de forzar la dirección. Trata de no nadar contra la
corriente, a menos que esto sea necesario para tu supervivencia. Si
te has estado aferrando a una rama de la orilla, suéltala.
Déjate ir hacia delante. Déjate que se te lleve hacia delante.
Evita los rápidos cuando sea posible. Si puedes, permanece
relajado. Hacerlo, te puede llevar seguro por las fieras corrientes.
Si te hundes por un momento, permítete subir a la superficie de
manera natural. Lo harás.
Aprecia la belleza del paisaje, tal como es. Ve las cosas con
frescura, con novedad. ¡Nunca volverás a pasar por el paisaje de
hoy!
No pienses demasiado en las cosas. La corriente es para que la
experimentes. Dentro de ella, cuídate a ti mismo. Tú eres parte de
la corriente, una parte importante. Trabaja con la corriente, trabaja
dentro de la corriente. No es necesario patalear. Deja que la
corriente te ayude a cuidarte a ti mismo. Déjala que te ayude a
fijar límites, a tomar decisiones y a llevarte a donde necesites
estar cuando sea tiempo de ello.
Puedes confiar en la corriente, y en tu parte dentro de ella.


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