lunes, 18 de noviembre de 2013




LA MUERTE: OTRO AMANECER 
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Al enfrentar la pérdida de alguien a quien amamos, nuestro corazón llora en medio de su soledad, y no se consuela con simples palabras. Nuestro corazón nos dice que hemos sido creados para vivir, no para morir. Hemos sido creados para expresar vida, cada vez más. Cuando alguien falla en esto, nos preguntamos: ¿Por qué?

Para entender el significado de la muerte, debemos comprender primero el significado de la vida. Al contemplar la vida, vemos que todas las cosas cambian, pero aunque cambian, ninguna perece.

Si esto es cierto en el mundo de las cosas, ¡cuánto más cierto será en el mundo de la mente! El alma está hecha de una sustancia que le es propia, no menos permanente por ser inmaterial, ni menos real por ser invisible. No podemos medirla con un calibrador o pesarla en una balanza ni tocarla con los dedos o verla con los ojos. Pero está ahí, sustancial, real. Cambia, pero no perece.

La vida no comienza con el nacimiento ni termina con la muerte. La vida es un proceso y progreso eternos. Esta forma visible, esta voz audible, este agregado de órganos, esta red de ideas —somos más que eso. Éstas son las circunstancias visibles. Somos expresión del espíritu de vida.

La eternidad no es una alternación de vida y muerte. Sólo hay vida. La verdad es que no podemos morir. La vida es energía. La vida es expresión. No puede cesar porque es eterna. Podemos cambiar de forma y desaparecer de vista, pero no podemos dejar de ser. Nunca podemos dejar de ser, ni siquiera por un momento. No podemos estar separados de la vida ni ser menos que ella.

Hay una unidad más allá de las unidades de tiempo y lugar y aun de pensamiento; una unidad que nos une como un solo ente, del mismo modo en que todas las olas son un solo mar y todas las islas una tierra. ¿No nos une el amor a nuestros amigos aunque ellos estén en el otro extremo de la tierra? Del mismo modo, aquellos que amamos pueden pasar más allá del alcance de nuestras manos, pero no del alcance de nuestros corazones.

Lo que hay exactamente al otro lado de la muerte, no lo sabemos. Pero podemos estar seguros de que es vida. La vida está del otro lado de la muerte como lo está de este lado.

La muerte es una puerta a través de la cual pasamos de una habitación a otra. Es la pausa entre dos notas en una sinfonía inconclusa. Es una página que pasamos, para entrar en un nuevo capítulo del libro de la vida.

James Dillet Freeman

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