martes, 19 de noviembre de 2013

LA FUERZA DE SER

Grande es la necesidad de que los seres humanos se tornen conscientes de la vida
interior. Es apremiante ese despertar hacia lo que cada individuo guarda dentro
de sí, pues no es la fuerza de las palabras lo que puede transformar al mundo, sino
la fuerza de ser. El poder de la transformación está mucho más en lo que se es en
esencia que en aquello que se hace externamente.

La situación del ser humano terrestre, en general, es de tal carencia de Luz, que si
la Luz le es dada él la rechaza. No obstante, la aspiración a los planos espirituales
necesita ser mayor que el deseo por el mundo, para que podamos recibir el Alimento
que nos da condiciones para vivir en la Eternidad. Ese Alimento, que no nos llega a
menos que lo busquemos, sólo nos es dado en la cantidad que necesitamos.

Más tarde o más temprano, todos somos colocados ante los portales de la entrega.
Llegamos un día a un estado en el que no hay más libros que nos instruyan, manos
que nos sostengan, palabras que respondan a nuestras demandas –nada que nos
satisfaga. Entonces, es hora de encontrar el ‘único motivo’ y en él colocar la vida.

Trigueirinho, ‘Hora de curar (La existencia oculta)’
(Ed. Kier)

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