INJUSTICIA, FRACASOS, CRITICAS Y JUICIOS ...
INJUSTICIA:
Desde hace mucho tiempo usted yo yo sabemos que la vida está plagada de situaciones injustas. Pero ¿Quien nos ha dicho que la vida iba a ser justa? No nos engañemos, y aunque no lo pueda creer, el reconocimiento de este hecho, aunque grave en sí mismo, puede ejercer un EFECTO LIBERADOR que no podemos prever.
Que aceptemos una realidad que no nos gusta no significa que no debamos hacer nuestros mejores esfuerzos para constribuir a erradicar la injusticia imperante; pero tampoco podemos crearnos un mundo irreal, donde no teomemos conciencia de como son las cosas.
FRACASO:
Si los fracasos son juicios sobre sucesos de nuestra vida, cuando cambiamos el juicio que nos merece el hecho en sí mismo estamos también modificando sus repercusiones sobre nuestro estado de ánimo.
Afirmo y reafirmo que es importante fracasar; en primer lugar, para demostrarnos a nosotros mismos que sobreviviremos a la furia de los vientos huracanados y que hemos de emerger de éstos fortalecidos. Si somos humildes tenemos mucho que aprender de estos episodios cuando la oportunidad se nos presenta.
CRÍTICAS:
La Autocrítica es válida en cuanto nos ubica en el JUSTO LUGAR de nuestra responsabilidad. Se convierte, en cambio, en una práctica absolutamente destructiva en la medida en que la utilizamos para DEVALUAR nuestra persona, y para FUSTIGAR con dureza nuestra conducta.
La Autocrítica en el sentido de autoflagelarnos o azotarnos por lo que hoy sentimos que hemos hecho mal no nos conduce a destino deseable alguno y, lo que es más, no colabora en la solucion real del problema.
JUICIOS:
Hay personas extremadamente sensibles a la opinión de los demás, y esto les genera mucho temor y vergüenza, cuando se siente juzgados en relación con los acontecimientos por los que atraviesan.
El que dirán y el “qué pensaran de mí”, son fantasmas que comienzan a rondar en nuestra mente, haciéndonos sentir profundamente culpables no por lo que nos pasó o por cómo nos sentimos, sino POR LO QUE LOS DEMÁS VAN A PENSAR DE NOSOTROS.
Analicemos en profundidad los hechos, en su contexto real:
- Quienes estamos sufriendo SOMOS NOSOTROS.
- Quienes tenmos que enfrentar los problemas SOMOS NOSOTROS.
- Quienes debemos buscar las soluciones SOMOS NOSOTROS.
Entonces, ¿Quien tiene derecho a juzgar nuestras actitudes o nuestros sentimientos? La respuesta es clara y concluyente: NADIE, salvo a aquellas personas a las que les otorguemos el poder de emitir juicios de valor sobre nosotros.
Esto significa que una cosa es estar muy triste y acongojado por lo que nos sucede, y otra cosa es permitir que nos tengan lástima o que cualquiera emita el diagnóstico y el “tratamiento” que condisera mejor para el caso, sin detenerse a pensar lo que sentimos en nuestro interior y cuál es la verdadera situación que estamos viviendo.
Emitir juicios no es una manera de ayudar a nadie; es, quizás , el modo más cruel de hacer sentir mal a una persona, señalándole su minusvalía o su incompetencia frente a los desafíos básicos de la Existencia.
TRISTEZA:
Es un elemento que nos acompaña en los momentos difíciles, que no debemos confundir con la depresión. Llorar nos proporciona un alivio progresivo ante una pérdida o un abandono. Si algo no va bien en nuestra vida, permitámonos expresar nuestra tristeza y concedámonos el permiso para derramar algunas lágrimas, que actuarán de bálsamo maravilloso para nuestro dolor.
AUTOR: Walter Dresel
MUCHÍSIMAS GRACIAS NATALIA !!!
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