KINTSUGI
* RESILIENCIA.
Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la
zona dañada rellenando las grietas con oro.
Ellos creen que cuando algo ha
sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.
El arte
tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte,
rociado, luego, con polvo de oro, se llama Kintsugi.
El
resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte
que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se
acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la
pieza.
Kintsukuroi es el término japonés que designa al arte de reparar con
laca de oro o plata, entendiendo que el objeto es más bello por haber estado
roto.
Llevemos esta imagen al terreno de lo humano, al mundo del contacto
con los seres que amamos y que, a veces, lastimamos o nos lastiman.
¡Cuán
importante resulta el enmendar!
Cuánto, también, el entender que los
vínculos lastimados y nuestro corazon maltrecho, pueden repararse con los hilos
dorados del amor, y volverse más fuertes.
La idea es que cuando algo
valioso se quiebra, una gran estrategia a seguir es no ocultar su fragilidad ni
su imperfección, y repararlo con algo que haga las veces de oro: fortaleza,
servicio, virtud.
La prueba de la imperfección y la fragilidad, pero también
de la resiliencia —la capacidad de recuperarse— son dignas de llevarse en
alto.
Edu Wigand
"Somos
lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un
hábito..."
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