HORA DE
DESPERTAR
Alan WATTS
Todo lo que “es”, eres tú.
Y
esto debería ser algo tan absolutamente obvio, mas no lo es ni por asomo.
Debería ser la cuestión más sencilla de la vida que tú es lo que siempre ha sido
y siempre será por siempre.
Pero hemos sido embaucados. Desde niños
todos nos repetían: “eres poco”…, y nos lo creímos.
Por eso, no sé si
entenderás cuando te digo –en formulación negativa- que no puedes cambiarte ni
hacer nada para ser mejor; para ser más sereno, más feliz, más… místico. No
puedes hacer lo más mínimo.
Pero quizás puedas empezar a entenderlo si
lo formulamos de forma positiva: no necesitas hacerlo porque, si te ves a ti
mismo correctamente, verás el extraordinario fenómeno de la naturaleza que ya
eres. Como son los árboles, las nubes, los
patrones que forma el agua al correr, el fulgor del fuego, el titilar de las estrellas, las
formas de las galaxias… Somos todos igual de maravillosos.
No hay en ti
nada erróneo. Lo único que ocurre es que tú tienes la idea de que hay algo mal
en ti. Y si lo crees, lo habrá.
Pero no hay nada malo. Todo forma
parte del
fluir, de lo que es.
Por eso, tenemos que liberarnos del sentimiento de
culpabilidad. Más aún: ni siquiera hay que sentirse culpable de sentir
culpabilidad. Nos enseñaron a sentirnos culpables, y lo seguimos sintiendo. Y
eso no se arregla porque alguien se te acerque y te diga que no debas hacerlo.
No es que no “debas” sentirlo, sino que, si lo sientes, no te preocupes
por ello.
Si insistes en que no puedes parar de preocuparte, te diré:
está bien, preocúpate. Esto es “dejarse fluir”.
¿Qué haces cuando no
sabes qué hacer? Observas, simplemente observas lo que acontece. Como cuando alguien sigue
una pieza musical: prestas atención y sigues su sonido. Y es así como hallas el sentido a
la música.
Tras un tiempo de adiestrarte en ello, hallarás el sentido a
toda música. Y ese sentido será la música misma.
Chicho
"Cuando el
Sabio señala la Luna,
el necio se queda mirando el dedo"
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