viernes, 4 de julio de 2014

DE PARTE DE CHICHO

LA LEY DEL CAMIÓN DE LA BASURA

Me subí a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un coche que así de repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado.

El conductor del taxi en que iba alcanzó a frenar a todo lo que daba, el taxi se derrapó y por un pelo casi le pegamos al automovil que quedó frente a nosotros.

Después de esto, el conductor del OTRO coche, el tipo que casi causó el accidente, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarnos una cantidad horrible de insultos y majaderías.

Todavía recuperándome del susto, lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud del chofer de mi taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.

Yo estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté al chofer de mi taxi que por qué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente hasta enviarnos al hospital.

Entonces, el taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo "La Ley del Camión de Basura".

-Mire, me dijo: ¿Ve aquel camión de basura?
-Sí, le dije, ¿y eso qué tiene que ver?
 -Pues, así como esos camiones de basura existen, hay muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción.
 -Tan pronto como la basura se les va acumulando necesitan encontrar un lugar donde vaciarla, y si usted los deja, seguramente le vaciarían su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso cuando alguien quiere vaciar su basura en mí, no me lo tomo personal; sino tan sólo sonrío, saludo, le deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.

A partir de ese día comencé a pensar qué tan a menudo permito que estos Camiones de Basura me atropellen; y me pregunto a mí mismo cuán a menudo recojo esa basura y la esparzo a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle.

Hoy y todos los días proponte siempre vivir en paz contigo mismo. No permitas que las personas a tu alrededor roben tu calma o intoxiquen tu espíritu, no recojas la frustración, la rabia y la decepción de otras personas y en lugar de eso disfruta de cada minuto y cada segundo, pues una mente positiva solo traerá a tu vida más cosas positivas. Anda siempre derramando flores por donde quiera que vayas, porque nunca sabes si volverás a pasar algún día por el mismo camino.

ANONIMO


     



 CHICHO 

.....Si das....., haz que sea a fondo perdido


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