“La técnica del vivir
mejor”
La vida no es técnica pero sí hay técnicas
para conseguir vivir mejor. La existencia no se equipara a un frontón con
el que es inevitable bregar, aunque a veces sea necesario: saber fluir supone un
gesto de sabiduría. Existen normas que pueden ser una guía orientativa.
Lo ideal es que cada persona tome de ellas las que mejor se ajusten a su
mentalidad.
? no caer en
los viejos hábitos y patrones negativos de pensamiento
? evitar
las reacciones anómalas y neuróticas que alimentan tensiones y conflictos
internos
incondicionalidad a una caricia, al
aroma de una flor, a la persona que está a nuestro lado, a un paseo por
el parque, al simple
hecho de colgar la ropa en una
percha, a contemplar un árbol o a disfrutar de un
amanecer.
desgarramientos, falta de aceptación
de lo inevitable, complejos de culpa, autocompasión o conflictos
puede extraer una enseñanza para
desarrollar la paciencia, la ecuanimidad, la visión clara, la madurez, el
autocontrol y la compasión
situación para llegar a conocerse
plenamente
apego como el resentimiento, la
tensión excesiva y nociva, los autoengaños que impiden llegar a conocerse
y apuntalan el neurótico
egocentrismo
vulnerables. Asumirse a sí mismo como
un ser en evolución, sabiendo que no hay ley más importante que la del
amor, que la
voluntad de ser es superior a
la de tener o poder. Reconocer las propias miserias, pero ir tratando de superar
el pensamiento
y las emociones de ofuscación,
malevolencia y odio.
de uno mismo
? valorar por encima de todo la paz interior y la
tranquilidad de la mente, para que el sosiego conquistado se pueda
compartir con los
demás.
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