Pregunta al amanecer: "Te gusta despertar?"
Repuesta: "Es un placer!"
Pregunta al atardecer: "Te gusta partir?"
Respuesta: "Es un placer!"
Porque, amigo mío, todos los días nuestra llegada y nuestra partida tiene un propósito. Primero despertamos todo en la vida.
Luego aquietamos todo. Y así es la vida, agitación y calma, pero en el medio debe existir un propósito. Si no lo hubiese, todo se teñiría de grises, oscuros. Se apagaría. Todo se apagaría!
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