Cuando Dios creó al hombre, lo hizo de manera perfecta, y lo hizo: Cuerpo, Alma y Espíritu.
1- El Cuerpo: Se refiere a nuestra persona física. En él se encuentran los cinco sentidos, para relacionarnos con el mundo que nos rodea. Es la imagen de quiénes somos y de cómo somos. En nuestro cuerpo, se encuentra el Alma y el Espíritu.
2- El Alma: Está compuesta por la mente, la voluntad y las emociones. En el alma es donde se libran nuestras más terribles batallas personales, ya que a la hora de tomar decisiones, de comprender y entender conceptos y principios, nuestras ideas, experiencias, recuerdos y sentimientos tanto positivos, como negativos, afloran e influencian el ejercicio de nuestra voluntad. El alma es el centro operativo desde el que nos relacionamos con los demás e interpretamos sus actos, palabras como así también las circunstancias que nos rodean de una manera personal, individual y por supuesto única. Es muy importante que nuestra alma actúe y funcione de una manera equilibrada entre los conceptos, verdades, valores, principios, etc. y las emociones y sentimientos que tenemos y experimentamos constantemente. Son muchos los que opinan que la razón siempre debe prevalecer sobre las emociones, pero si me permiten, yo les sugiero que las verdades que creemos y vivimos convivan en armonía con las emociones y sentimientos que ellas mismas generan. Creo que si conseguimos vivir así, nos sentiremos mucho mejor y más felices a la hora de tomar decisiones.
3- El Espíritu: Es la parte del ser humano diseñada para establecer una relación con Dios. Como parte del Espíritu, podemos destacar la conciencia, que podríamos definir simplemente, como esa capacidad de oír la voz de Dios, animándote a hacer el bien, o advirtiéndote que no te apresures a tomar una decisión que puede ser fatal. Una de las reacciones del espíritu la vemos claramente cuando ante cualquier peligro sea cual sea nuestra creencia religiosa, clamamos a Dios para que nos proteja, ayude o salve. En el espíritu del hombre se encuentra también toda el área dedicada a la adoración y a reverenciar a Dios. ¿Sabes que tú puedes tener una relación o amistad auténtica con Dios? Él está permanentemente a tu lado, esperando que le permitas obrar en tu vida.
La Biblia dice que él está llamando a la puerta y que si le abrimos, entrará y cenará con nosotros. Tú puedes experimentar ese gran milagro de cenar con Jesucristo durante el resto de tu vida. Esa es la voluntad de Dios, habitar en el corazón de los hombres. ¿Qué es lo que tienes que hacer? NADA, Él ya lo hizo todo, sólo abre la puerta de tu corazón y déjale hacer.
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