MEDITACIÓN DE ENRAIZAMIENTO: PADRE SOL, MADRE TIERRA
Las personas que utilizan el símbolo del árbol, se dan cuenta gradualmente de una creciente sensación de seguridad, bienestar y fuerza mientras que desaparece el sentimiento de sentirse rechazados o faltos de cariño.
1) Cierra los ojos, relájate y retírate a tu interior… pide al Universo que elija un árbol específico para ti y describelo. No importa que no sepas su nombre, pero sí que lo veas claramente…tomate el tiempo necesario para elegirlo y recuerda que podrás cambiarlo más adelante, si otro árbol fuera más apropiado.
2) Una vez que tu árbol haya aparecido, obsérvalo cuidadosamente para que su forma y detalles se graben en tu memoria y puedas recuedalo a voluntad.
3) Imagina que te vas acercando realmente a él, abrazate a su tronco y siente la energía que lo llena. Apártate de vez en cuando del tronco, sin dejar de tocarlo, para que compruebes su fuerza y su solidez.
4) Ahora gira sobre ti mismo y apoya tu espalda contra el tronco, quédate de pie ó siéntate en el suelo, según lo prefieras, siempre en contacto con él. Siente la firmeza del tronco en tu espalda y, conscientemente, apóyate contra él con todo el peso de tu cuerpo, dejando que te sostenga.
5) Permite sentir la alegría y el descanso de que el árbol te sostenga completamente y relájate. Repitete interiormente a ti mismo que la seguridad que te ofrece es saludable porque, al contrario de lo que sucedería si te apoyases en otro ser humano, te fortalecerá en lugar de debilitarte.
6) Ahora, trata de sintonizarte con el árbol, identificándote lo más que puedas con él. Intenta ser uno con él. Comenzarás a sentir ahora cómo sus raíces se extienden sedientas hacia las profundidades de la tierra y extraen de ella los nutrientes que el árbol necesita para florecer y desarrollarse alto y fuerte. Trata de sentirte a ti mismo cómo succionas de las profundidades todo aquello que necesitas para nutrirte y sustentarte de la Madre Tierra.
7) Con cada inhalación, extrae este alimento vital para ti y déjalo fluir por todo tu sistema. Con cada exhalación de tu aliento, echa cualquiera de los temores, dudas, ansiedades u otras emociones negativas que pudieran estar bloqueando lo beneficioso que recibas de la afluencia de esta energía.
8) Repite lentamente, concentrándote en la respiración y en la experiencia del bienestar y la satisfacción que comenzarás a sentir.
9) Ahora, elige, de manera consciente, algunos atributos: el amor, la compasión, la ternura, la seguridad que hayas ansiado recibir de tu madre y que ella, siendo humana, no siempre te pudo dar, por mucho que lo hubiera intentado. Bebé de todo lo que necesites de esa fuente, y desecha todo lo que impida que ello fluya dentro tuyo.
10) Cuando te sientas satisfecho, lleva tu atención hacia lo alto, hacia las ramas y las hojas de tu árbol extendidas hacia el Cielo para extraer de los rayos del Sol la energía y la luz de Padre Solar, las cuales, junto con el alimento de la Madre Tierra, te fortalecerán y ayudarán a cada parte tuya a desarrollarse, del mismo modo en que lo hacen para el árbol. Nuevamente, con cada inhalación, llenate con esta energía solar y con cada exhalación deshazte de todo aquello que pueda obstaculizar este proceso, como los temores, las dudas o el sentimiento de indignidad.
11) A medida que respires profundamente, permite que entren en tu mente aquellos atributos paternales que de niño/a echaste de menos en tu propio padre, tales como el coraje, la sabiduría, la comprensión y la aceptación. Trata de impregnarte en ellos hasta sentirte satisfecho/a y déjalos fluir hacia los vacíos que hay dentro tuyo.
12) Mantente por un tiempo, suspendido entre ambos Padres, inhalando sus atributos y exhalando cualquier cosa que pudiera bloquear esta nueva fuente de nutrición.
13) Gira lentamente y colócate de cara al árbol, para agradecerle todo lo que te ha dado.
14) Vuelve con calma a tu estado consciente, trayendo contigo todo lo que has vivenciado, prometiéndote volver con regularidad junto a él para renovarte.
Namaste
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