Y resulta que cuando logramos desbaratar esa vida que nos inventaron lastimosamente, ese absurdo que nos edificaron en la mente, esa sinonimia de dolor, de tragedia, de abandono, de todo eso que ahoga y que creímos por tanto y tanto tiempo, nos quedamos solo con lo único que cuenta en verdad y a eso me permito llamarle Amor.
AMOR es lo que SOMOS y si nos detenemos a cuantificar la palabra amor, sabremos que el amor es infinito y estamos hablando entonces del Amor del alma, la mismísima esencia que TODOS compartimos y amar es su única virtud.
Analicemos detenidamente este proceso...
Si el alma es PURA e INALTERABLE como esencia, es BONDAD en orígen e INDESTRUCTIBLE como verdad, entonces por qué decimos y hasta creemos que nos duele el alma cuando en realidad lo que duele es el pensamiento constante de todo aquello que no nos permite cumplir con nuestras expectativas.
¿Cuántas veces hemos deseado tener algo que no tenemos o que creemos haber perdido? No estoy hablando precisamente de cosas materiales, hablo de un hijo, una pareja, el afecto de un padre o de una madre, hablo de todo eso que de un modo u otro no cumple con las expectativas que teníamos para nosotros. Entonces reaccionamos ante el medio y las circunstancias generando emociones negativas que violentan nuestros pensamientos, de este modo difundimos en nuestra mente un sin fin de pensamientos inútiles y nos pasamos la vida llevándolos y trayéndolos una y otra vez sin llegar a nada. Muchas veces cargamos la mente de tantos pensamientos inútiles que terminamos incubando un paquete de basura emocional que nos deja estáticos ante ciertos acontecimientos de la vida y no nos permite avanzar. Más o menos esta es la forma en que usamos el cerebro poniéndole constantemente trabas que no le permiten llegar a ese estado de serenidad que necesita para escuchar su sapiencia eterna.
En este escenario en que nos movemos constantemente, debemos ir poco a poco dejando atrás ese FORMATO HUMANO que nos enseñaron a crear y en el que nos obligaron a creer para comenzar a RECREAR un estado diferente de conciencia desde donde nos permitamos buscar solamente ese punto exacto que nos une al AMOR UNIVERSAL.
De alguna manera muchas personas ya han logrado comprender esto y comenzaron a acceder a ese punto de AMOR SIN CONDICIONES que no necesita cumplir con ninguna expectativa porque su única expectativa es el AMOR. Y habiendo pasado ya por esta magia del corazón han sido capaces de comprender que pese a lo que sea que hayan vivido, el alma siempre permaneció intacta, sin alteraciones ni descontrol alguno, porque el alma nada tiene que ver con esos estados emocionales que le pertenecen única y exclusivamente al pensamiento humano. De este modo el cerebro asume su rendición y todo dolor emocional se desvanece.
Hasta aquí básicamente ya habremos comprendido que somos y seremos siempre esa eterna polaridad y que para alcanzar ese estado inalterable de paz y serenidad debemos volver a nuestra identidad profunda, a nuestra verdadera identidad. Para ello aprendamos a callar nuestros pensamientos y ocupémonos del Reino del Corazón porque después de esto, todo lo demás viene añadido.
Con mucho amor y respeto...
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