Crean una chip para controlar el cerebro y administrar fármacos
Hasta ahora se pensaba que los disléxicos no representaban correctamente en el cerebro los sonidos que escuchaban. Sin embargo una nueva investigación ha aportado luz sobre qué ocurre en el cerebro de las personas que sufren dislexia. Según los investigadores, el problema no es que la representación sea mala sino que las conexiones entre los centros auditivos y del habla no son correctas.
Los niños que sufren dislexia (aproximadamente entre el 5 y el 10 por ciento de los estudiantes) tienen grandes problemas para aprender. A pesar de lo que mucha gente piensa no se trata de la dificultad a la hora de escribir, sino de un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura que dificulta la descodificación o lectura de las palabras. Normalmente se manifiesta en los niños por su dificultad para recitar el alfabeto, realizar rimas o dominar las vocales y las consonantes. Se conocen perfectamente las consecuencias, pero hasta ahora no se sabía qué ocurre exactamente en el cerebro de las personas disléxicas.
Cuando aprendemos a leer el cerebro crea conexiones entre los símbolos y las palabras. El equipo dirigido por Bart Boets, psicólogo clínico de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, analizó los escáneres cerebrales de pacientes con y sin dislexia. Gracias a una técnica conocida como patrón multivoxel, analizaron las señales cerebrales a escala muy pequeña mientras las personas escuchaban fragmentos de sílabas parecidas como “ba” y “da”. Para su sorpresa, encontraron que las representaciones fonéticas permanecen intactas, pero que las conexiones entre distintas parte del cerebro vinculadas con el aprendizaje no eran las correctas.
“El problema parece estar en el camino que tomamos a la hora de producir y montar los sonidos del habla cuando leemos en alto” explica Guinevere Eden, neurocientífico de la Georgetown University de Washington.
Este hallazgo publicado recientemente en Nature ha supuesto un nuevo e innovador enfoque sobre este problema y se espera que abra una puerta investigadora de cara a mejorar el aprendizaje infantil.
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