lunes, 16 de junio de 2014

QUÉ ACTITUDES PODER TOMAR ANTE EL 

SUFRIMIENTO...?

Hay duelos y hay duelos. No todos los duelos son iguales, porque las actitudes no son iguales. En los duelos tenemos que trabajar las opciones y las acciones.
Nadie sale del sufrimiento simplemente por hablar. Es importante hablar, pero se necesita algo más. En el duelo tenemos que trabajar las actitudes. 
O yo domino al sufrimiento, o el sufrimiento me domina a mí. Y las actitudes quiere decir, como me posiciono yo ante mí herida.
Yo soy sanador herido, tengo que aceptar mí herida, pero tengo un poder terapéutico que tiene que sanar mí herida.
¿Y cómo me sitúo ante los demás? En el sufrimiento no puedo caer en la tentación de ser el centro. Tengo que ser ayudado y tengo que ayudar.
Tengo actitudes positivas, o actitudes negativas.Y las actitudes también son cordiales, tengo que hacer un buen manejo de mis sentimientos y las actitudes implican una acción mental. Tengo que tener ideas positivas, una mente serena. Y esas actitudes me tienen que llevar a opciones, a hechos en el proceso de duelo, hay que realizar actividades que me lleven a cicatrizar mí herida.
Por eso, tenemos duelos retardados. ¿Qué son los duelos retardados?
Aquellos en que como no acepto la herida, el sufrimiento se alarga, se alarga, mas sufrimiento.
¿Qué es un duelo crónico? 
Aquel que nunca cierra la herida, porque en el fondo no la he aceptado, no me he hecho protagonista de mí sufrimiento, incluso, creo que nunca voy a poder salir y no voy a ser feliz. Y se hace eterno.
¡Cuidado!, no solo voy a sufrir yo, voy a hacer sufrir a los demás.Y tengo también hasta un duelo patológico. 
¿Qué implica?
Que si no sano las heridas a su tiempo, en el momento oportuno, respetando el proceso de sanación, se puede deteriorar mí mente, mí personalidad, mí salud, todo mí ser, y es un duelo patológico. Y puedo ser enfermizo para los demás.
Tengo que hacer un duelo saludable. Tras ese recorrido sufriente hay que sufrir sanamente para dejar de sufrir, va a haber una transformación interior. A veces no me doy cuenta, creo que soy el mismo, pero no soy lo mismo. Va viniendo un movimiento interior que serena todas mis dimensiones, y llega un momento en que se serena la herida, se cicatriza. No para olvidarse del ser querido, no para anular el pasado, si no para tener una visión serena, donde el amor, la paz, un proyecto de vida, ha tomado cuerpo. Y es que el duelo es tarea. El duelo es presente y es futuro. Y el duelo es crecimiento y maduración.
El duelo es un nacer de nuevo, a la positividad de la vida.
P. Mateo Bautista.

RODOLFO VARGAS LAZARIN


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