miércoles, 11 de junio de 2014

DUELO POR SUICIDIO




DUELO POR SUICIDIO
Uno de los duelos más difíciles a aceptar, a asumir es la muerte de un ser querido debido a un suicidio. En una enfermedad es la naturaleza, un virus, el que ha producido la muerte. En un accidente ha sido un error propio o de los demás. En un homicidio alguien ha causado la muerte, o en la guerra. En el suicidio es la persona misma que en un momento difícil de oscuridad, de depresión ha tomado una decisión que ahora deja huellas de dolor, interrogantes en la vida de los familiares y amigos. Esto es un impacto muy difícil y cada persona tiene una historia destina que lo ha conducido a tomar esta decisión. Podríamos destacar unas causas frecuentes que producen en algunas personas y en algunos momentos de la vida la decisión de suicidarse. Para algunas personas la causa del suicidio está conectada con una pérdida significativa. Han perdido a alguien o algo muy importante, por lo cual piensan que no pueden vivir sin esta persona o este bien. Puede ser, por ejemplo, la pérdida de un amor, un joven que estaba enamorado y la muchacha le ha dicho que “no”, que no quiere continuar con él. Y esta persona ahora no lo acepta, sin él o sin ella no quiere vivir. O puede ser también la pérdida de una madre, de un padre, de una pareja, o puede ser también la pérdida de vida a un matrimonio luego de un divorcio, es decir, el otro no puede pensar en un futuro sin la presencia de esta persona, por lo cual puede tomar una decisión fatal. También hoy en día, esta la pérdida del trabajo, o pérdidas de otro tipo que pueden producir dentro de la persona la intencionalidad de suicidarse. Una segunda causa que agrega, engloba situaciones de suicidio es el fracaso. Hoy en día es muy importante llegar a conseguir tus metas, realizar tus sueños, salir primero, entonces el fracasar es un poso desnudarte de tú mismo y presentar una imagen de ti vacía. Los fracasos son de distinta naturaleza. Hay quien fracasa, podríamos decir, a nivel académico, por lo cual hace unos años, en algunos meses del año, tal vez niños que han recibido malas notas se auto castigan para no producir esto dolor en la madre o en el padre. El fracasar a nivel académico. El fracaso puede ser también a nivel deportivo o a nivel artístico. Hay personas que tal vez no han conseguido llegar a participar de una competición, por ejemplo, y tienen un sentido de vergüenza y tal vez se matan. Puede ocurrir, por ejemplo, con aficionados de Brasil, el equipo no ganó y pueden suicidarse. Tal vez son fracasos de origen deportivo. Algunos se suicidan por fracasos profesionales, por lo cual, hay algunas profesiones que tal vez el suicidio es más frecuente porque tienen más estrés, la imagen propia está más marcada por el éxito, entonces si fracasan ya se auto eliminan. El fracaso puede ser también financiero, por lo cual personas que han invertido mucho dinero en el banco y hay una caída, lo pierden todo y se matan porque se han identificado con el dinero. Entonces, tal vez, estos fracasos pueden causar un suicidio. Otra causa que puede producir que algunas personas se suiciden es un dolor, por lo cual, si una persona recibe un diagnóstico de un tumor, hay personas que se tiran por el balcón ya que no quieren pensar un futuro con esta enfermedad. Una persona que tuvo un accidente y se queda en silla de ruedas, quiere auto eliminarse, no quiere vivir cuarenta años en una silla de ruedas. Personas, también, que tienen un dolor mental, tienen obsesiones, dolor de cabeza incesantes que no pueden soportar, o se sienten deprimidos, lo ven todo negro, todo vacío. Esta es la causa más grande del suicidio: la depresión. Es como si una persona ingresara en un túnel donde no ve más luz, sólo tinieblas, será siempre el dolor, será siempre inutilidad, la persona entonces lo ve todo negro, se siente víctima de la vida, “lo he hecho todo mal, es una desgracia”, entonces por estos dolores que no puede aguantar, quiere salir de la vida. Tal vez la muerte es un puente para salir del dolor. La cuarta causa que parece inducir a las personas al suicidio es el sentido de inutilidad. La persona siente que su vida es inútil, está aburrida, todos los días las mismas cosas, siente un sentido de vacío, no tiene objetivos, no tiene sueños o se siente una carga por los demás por lo cual experimenta un sentido de culpa o de vergüenza. Por lo cual, en el mundo occidental, el índice más alto de suicidio son los ancianos. En una sociedad que valora los jóvenes, la productividad, ser útiles, el ser dependiente, el no poder hacer nada, “mejor salir de la vida”. Cada persona que vive estos momentos de crisis, tal vez falta paciencia, tal vez no quiere esperar un día más, o el dolor es demasiado, o toma la decisión en un momento de impulsividad. Tal vez la persona no lo piensa, o no lo comunica a los demás. Tal vez deja una nota “perdónenme, los quiero mucho, me voy, es mejor así”, no sabiendo cuántos dolores esta persona va a dejar en las vidas de los familiares y amigos. La persona tal vez piensa que matándose les hace un favor a los demás. Habiendo acompañado un grupo de personas con tentados suicidios, algunos de ellos pensaban “si yo me mato, los demás estarán mejor, les hago un favor”. Hay que recordarnos que, en general, las mujeres intentan el suicidio tres veces más que los hombres. Pero como usan medios como fármacos, es más un grito de ayuda, de desesperación y buscan que la persona pueda detectar ese grito de atención. Es más un intento de suicidio. Mientras, los hombres realizan o cumplen tres veces más el suicidio de las mujeres, porque tal vez se lanzan de un edificio, se matan con una pistola o se ahorcan. Son métodos más violentos y definitivos. Claro que este hecho del suicidio después deja a las personas que se quedan detrás de ellos con un montón de interrogantes, con un montón de sentimientos y de dolores que con el tiempo es difícil, pero no imposible sanar, porque los que aman y los que han conocido a los que se han suicidado, tal vez tienen que hacer un proceso de ayuda que poco a poco les permita reconciliarse con lo sucedido e ir adelante con su propia vida.
P. Arnaldo Pangrazzi.

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