miércoles, 25 de junio de 2014


Del Miedo al Amor 

El miedo es una emoción negativa, profundamente enraizada en nuestro subconsciente, que bloquea el acceso a nuestros recursos internos y en ocasiones llega a paralizar completamente nuestra capacidad de respuesta. 
Las decisiones que tomamos desde la emoción del miedo son pobres y en general erróneas, debido a que nuestra visión se vuelve muy limitada bajo la influencia del miedo. 
El principio espiritual que nos va a ayudar a superar los miedos es comprender que todo lo que creamos y sustentamos en nuestro espacio interior, finalmente va a impactar en el exterior o, dicho de otra manera, va a condicionar nuestro comporta-miento, nuestras palabras y acciones. 
Por tanto, un principio básico en el proceso de liberarnos de los miedos, es darnos cuenta de que no se trata tanto de luchar contra el miedo como de cultivar en nuestro ser las cualidades positivas, tales como la paz, el amor, la valentía y la plenitud.
 Cuando la sabiduría, el amor y la paz llenan completamente nuestro corazón y nuestro ser, en ese momento no hay espacio para el miedo. 
El miedo no tiene posibilidad de controlarnos. 
Todo lo que hay en el corazón que no es limpio ni verdadero, finalmente generará un muro en nuestro interior, obstruyendo el fluir natural del amor.
 Las personas que dicen que no hay amor en sus vidas en realidad están bloqueadas debido a este muro.
 Realmente sí hay amor, pero simplemente no pueden aceptarlo. El amor debería ser tal que permita que la honestidad y la ver-dad crezcan.
 Es la honestidad lo que nos muestra qué es el amor, y el verdadero amor nos muestra lo que es la honestidad. 
Funciona en las dos direcciones.
 La forma de liberarnos de la dependencia del falso amor es ex-perimentar a través del silencio y la meditación la conexión con la verdadera fuente de amor.
 Experimentar la dulzura y plenitud del amor verdadero. 
Así reemplazamos el veneno con el néctar y cada vez será más fácil reconocer la futilidad y el nulo valor del amor falso. 
No deberíamos simplemente aceptar cualquier amor que se presente en el camino, de aquí, de allí, de cualquier lugar. Si al-guien quiere darte amor, primero observa qué clase de amor está ofreciendo. 
El amor verdadero está libre de deseos egoístas y de expectati-vas. Para experimentarlo tenemos que conseguir que nuestro corazón esté limpio y lleno de honestidad.



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