martes, 29 de abril de 2014




Amor

Mi sugerencia es que, si estás realmente dispuesto a satisfacer el anhelo del corazón, te olvides del amor. Primero adéntrate en la meditación porque el amor nacerá de la meditación. Es la fragancia de la meditación. La meditación es la flor, el loto de los mil pétalos. Permítele que se abra. Ayúdale a entrar en la dimensión vertical, en la no mente, en la ausencia de tiempo y entonces descubrirás que la fragancia está ahí. Entonces será eterna, incondicional. Entonces no se dirige a nadie en particular, no puede ser dirigida a nadie en particular. No es una relación; es más una cualidad que te rodea. No tiene nada que ver con el otro. Tú amas, tú eres amor; entonces es eterno. Es tu fragancia. Ha estado alrededor de un Buda, en torno a un Zaratustra, en torno a un Jesús. Es una clase totalmente diferente de amor; es cualitativamente distinta.


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